Manifiesto Artístico

Siempre relegadas a los límites, en el mejor de los casos, a las sombras o a la oscuridad normalmente, aparcadas de la Historia (ni en «Los nadies» de Galeano nos dejaron espacio), obligadas a tener nombre y posesivo, en lugar de identidad propia.

En constante estado de alerta y disimulo a la vez, cansadas de vivir bajo todo, sobre nada, acostumbradas a protegernos con los codos, los mismos que no dejamos de hincar desde que nacemos, los mismos que heredamos de nuestras madres, tías, abuelas…

Vidas concretas, sacudidas por problemas del momento que urgen ser enfrentados. Estos son los de «las mujeres», más aún los de «estas mujeres» y, sobre todo, los de «nosotras, mujeres». A veces los podemos colocar junto a los de «los hombres», otras más junto a los de «estos hombres»; sin embargo, nos resulta imposible colocarnos junto a «nosotros, hombres».


Siempre relegadas a los límites, en el mejor de los casos, a las sombras o a la oscuridad normalmente, aparcadas de la Historia (ni en «Los nadies» de Galeano nos dejaron espacio), obligadas a tener nombre y posesivo, en lugar de identidad propia.


En constante estado de alerta y disimulo a la vez, cansadas de vivir bajo todo, sobre nada, acostumbradas a protegernos con los codos, los mismos que no dejamos de hincar desde que nacemos, los mismos que heredamos de nuestras madres, tías, abuelas…


Vidas concretas, sacudidas por problemas del momento que urgen ser enfrentados. Estos son los de «las mujeres», más aún los de «estas mujeres» y, sobre todo, los de «nosotras, mujeres». A veces los podemos colocar junto a los de «los hombres», otras más junto a los de «estos hombres»; sin embargo, nos resulta imposible colocarnos junto a «nosotros, hombres».