Manifiesto Político

¿Quiénes somos?

Ashabá somos un proyecto musical feminista formado por mujeres diversas, que cuestionamos el encorsetamiento de las normatividades de género y otras injusticias sociales.

Procedemos de diferentes experiencias musicales, sociales y políticas. A partir de estas, y de nuestro interés común por la percusión, comenzamos a investigar el alcance de la música como herramienta de cambio. De esa manera llegamos a Ilê Aiyê, bloco afro de Salvador de Bahía que, con su música, reivindican desde el año 1974 sus derechos como comunidad negra en Brasil. La energía sentida tras ver a más de un centenar de hombres negros rompiendo el silencio con sus tambores nos hizo plantearnos si nosotras, mujeres, ante la situación que estamos viviendo, no podríamos hacer lo mismo: un grupo de mujeres solidario, que se implica en aquellos temas sociales que sentimos cercanos y que nos afectan de una u otra manera.

Y así nacimos, con el objetivo de apoyar mediante la música aquellas acciones relacionadas principalmente con la reivindicación de los derechos y la visibilidad de las mujeres e identidades no normativas.

Con nuestro proyecto pretendemos ser un apoyo para aquellos colectivos feministas que quieran poner voz, o en este caso música, a sus demandas; impulsar una lucha conjunta, desde la cultura, para acciones y movilizaciones que se enfrenten a las desigualdades y planteen alternativas a las distintas opresiones a las que estamos sometidas las mujeres e identidades no normativas.

Nuestros tambores son instrumentos de resistencia y empoderamiento para las luchas feministas. A través de ellos formulamos nuestras reivindicaciones interpretando percusión de acción al estilo de los blocos afro y las batucadas europeas.
Somos visibles y combativas, tenemos voz propia.

Construimos un espacio y un grupo entre iguales, validado por nosotras mismas, y desde el cual cada una aumenta su participación en todas las esferas, especialmente la pública, porque lo personal es político; porque un espacio de mujeres nos hace más fuertes para participar en espacios mixtos, donde los hombres suelen ser los líderes y están más acostumbrados a la participación.

Este proyecto será lo que nosotras queremos que sea, dueñas de nuestro crecimiento individual y grupal.

¿Por qué, para qué?

Estamos viviendo una época en la que, bajo el mandato de los mercados y la crisis, nos recortan derechos ciudadanos y empeoran dramáticamente nuestra calidad de vida. La pobreza y la precariedad nos afectan mucho más a las mujeres, lo que nos obliga, de una forma velada, a volver a casa para ser cuidadoras y abandonar el espacio público.

Con el pretexto de la crisis se está reforzando el sistema capitalista y patriarcal, que supone que las mujeres nos llevemos la peor parte: recortes en políticas de igualdad, invisibilización de las diferentes formas de violencia hacia las mujeres, desprotección de las víctimas de violencia de género, discriminación de las sexualidades e identidades no normativas, retroceso de los derechos sexuales y reproductivos, que impiden el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo, etc.

Reivindicaciones

En este contexto fatídico, no nos queremos quedar al margen o estáticas. Por eso exigimos:

    • Un cambio de modelo socioeconómico más justo e igualitario, no patriarcal, sostenible, que tenga como objetivo principal el bienestar de las personas.
    • El rechazo a cualquier tipo de discriminación que tenga que ver con el género, la raza, la procedencia, la pertenencia a una u otra clase social, etc.
    • El reconocimiento y la igualdad en el trabajo reproductivo y de cuidados que, tradicionalmente y en la actualidad, sigue siendo principalmente responsabilidad de las mujeres, acompañado de la ausencia total de derechos.
    • La lucha eficaz contra los diferentes tipos de violencias que sufren las mujeres, considerando todas sus formas (no solo la violencia en la pareja, como ocurre en la actual ley), junto a una protección judicial real que no tenga como premisa la denuncia obligatoria ni la revictimización de las víctimas. Que se lleve a cabo una sensibilización social basada en el empoderamiento de las mujeres, no en un uso carroñero de la información por parte de los medios de comunicación y con campañas que victimizan aún más a las mujeres.
    • El derecho a decidir sobre nuestro cuerpo. Que ni el Estado ni la Iglesia nos diga qué debemos hacer con él. El derecho al aborto, considerado entre los derechos reproductivos y sexuales, y, por tanto, humanos, nos permite decidir ser madres o no. Por eso defendemos el aborto libre, gratuito, realizado en la sanidad pública y fuera del Código Penal.
    • El cese de la persecución y criminalización de las personas que ejercen la prostitución, que se escuche a las trabajadoras del sexo en la reivindicación de sus derechos laborales y sociales, y que se proteja de manera eficaz a las víctimas de trata de seres humanos con fines de prostitución forzada.
    • El reconocimiento y despatologización de las diversas identidades, orientaciones y cuerpos no normativos, personas trans, intersexuales, con diversidad funcional, lesbianas, gays, bisexuales, etc., y de otras formas de familia, que no sea la heterosexual y nuclear.